NAUCALPAN.- El pasado sábado 27 de mayo de 2017 aproximadamente a las 2:30 am. recibí una llamada por parte de un amigo en la que me hizo saber que otros dos amigos nuestros habían sido llevados a los separos de Naucalpan por estar consumiendo bebidas alcohólicas en vía pública.
Mi amigo me pidió ayuda para pagar las multas por tal motivo me dirigí a la Oficialía Calificadora de Naucalpan (Las galeras) a pagar dichas multas. Al llegar (las 2:40 am) me acerqué con quién parecía ser la persona a cargo (una mujer de tez clara, de 1:65 cm y de unos 35 años de edad aproximadamente, la cual no quiso darme su nombre) para preguntarle acerca de la situación de mis amigos, esta mujer no hizo sino ignorarme, le pregunté por segunda ocasión y su respuesta fue la misma, entonces decidí grabar su accionar con mi celular, puse mi celular a grabar y se lo di al amigo que me acompañaba.
Al darse cuenta de esto la mujer se acerca y le arrebata el celular, de forma por demás brusca, a mi amigo argumentando que ahí no se podía grabar e inmediatamente ordenó a varios oficiales de policía que se encontraban en el lugar que nos arrestaran.
Sorprendido le dije que nosotros nos encontrábamos ahí tan solo para pagar las multas de los amigos y que no tenían por qué arrestarnos, ella volvió a dar la orden pero esta vez agrego la frase ‘a la fuerza’ y cito: “Métanlos a la fuerza”.
Los policías al escuchar esa orden se acercaron a mí y sin más comenzaron a golpearme, pero no se crean que sólo golpes con los puños, no, utilizaron toletes, teasers (de esos aparatos que dan descargas eléctricas), y finalmente un cachazo de pistola que me hizo una herida en la cabeza y por el cual perdí el sentido.
Una vez que recuperé la consciencia me doy cuenta que ya estoy dentro de la galera, con múltiples contusiones en cara y cuerpo y con la herida de la cabeza que he de decir era (es) la que más me dolía; me incorporé y le solicité ayuda al oficial que se encontraba afuera de la celda, le dije que necesitaba atención médica pero este se negó siquiera a voltearme a ver y mucho menos a darme una respuesta.
Estuve por más de seis horas ahí, no fue sino hasta que llegaron a buscarme mi novia y mis familiares, me comentan que al llegar, la misma mujer que ordenó me golpearan les dijo que me habían ingresado por alteración del orden y que debía pagar una multa de $4000 pesos.
Una persona, amiga de la familia hablo con la mujer y negociaron una multa de $540 pesos siempre y cuando yo borrara el vídeo que había grabado (tenía mi celular con contraseña y probablemente por eso no lo habían borrado ellos y más probablemente en el vídeo si no se veía por lo menos se escuchaba lo que había sucedido), y fue lo que hice porque créanme lo único que deseaba era atención médica.
Se pagó la multa y se borró el vídeo, me dejaron salir a las 8:30 am aproximadamente y fue hasta entonces que llevaron un paramédico a la Oficialía para que me diera la atención que necesitaba.
El lunes posterior presenté mi denuncia formal ante la Oficialía especializada para servidores públicos que se encuentra en Barrientos, los ministerios tomaron mi declaración y me pidieron descripción casi perfecta de los policías que me golpearon ya que de otra forma no pueden saber a quién dirigirse, les dije que no recuerdo más que a la persona que ordenó me arrestaran, y a uno de los policías pero que de cualquier manera ellos deben tener bitácoras de quién estuvo ahí ese día a esa hora, inclusive tienen los vídeos de seguridad dónde se puede ver claramente todo con detalle, y me respondieron que “ellos” (la justicia) no puede pedir nada más porque sí, nada más porque, y cito: “una ‘simple’ declaración no basta para pedir justicia” y que no pueden violentar los derechos de las personas a las que les estoy imputando los delitos de Lesiones, Abuso de Autoridad y Privación Ilegal de la Libertad hasta que no se hayan hecho todas las diligencias correspondientes para desahogar responsabilidades y saber si en efecto he sido víctima de un delito o no.
Mientras yo tengo molido el cuerpo a golpes, tengo derrame severo en un ojo, tengo una herida en la cabeza que requirió sutura y sangrado interno del oído izquierdo.
Así es amigos, gente, las pseudo autoridades de Naucalpan pueden hacer lo que quieran, pueden abusar de un ciudadano y todavía la ley los protege a ellos y desacredita a uno.
Es una lástima.
Por Ivan Argenis Santos Carrasco