Rancho San Juan; un paraje para el crimen

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ALMOLOYA DE JUÁREZ.- Cuando el convoy de la Guardia Nacional entró al fraccionamiento, los automovilistas que habían quedado varados en la entrada, comenzaron a salir de sus autos. Hubo zozobra y miedo, porque se creía que se iniciaría una balacera entre los «malos» y los policías. Pasaban las 17:00 horas de ese lunes, cuando comenzaron a llegar más patrullas federales.

No es el primer operativo o hecho que amedrente la tranquilidad de los residentes. En septiembre del año pasado la Fiscalía mexiquense rescató a una niña privada de su libertad en un domicilio ubicado en la avenida Bicentenario. En julio de 2018 un joven mototaxista fue asesinado en una de las privadas pegadas a los frontones, según el parte policíaco de ese entonces.

—¡No salgan vecinos! Se habían alertado este lunes en redes sociales y por grupos de WhatsApp los residentes de Rancho San Juan. Los agentes de la Fiscalía mexiquense ya habían dado el primer golpe y detuvieron a un sospechoso con más de 300 cartuchos útiles de altos calibres, también tres chalecos antibalas y bolsas de droga.

UN PARAÍSO

Rancho San Juan es un desarrollo habitacional vecino del penal federal El Altiplano y de otro desarrollo conocido como Colinas del Sol; se puede decir que tiene relativa tranquilidad para vivir.

Aunque en los últimos años la inseguridad convirtió los domicilios abandonados en casas de seguridad e incrementó el fenómeno de la invasión de viviendas.

En el padrón hay cerca de ocho mil viviendas que comenzaron a habitarse en 2010. La mayoría divididas por privadas con nombres de ciudades del país. También son de una planta y a la orilla en un campo abierto es bordeada por un pequeño lago, igual que en el acceso principal donde había una cría de patos en un estanque.

Un paraíso para familias que ajustaron sus créditos de 480 mil a 600 mil pesos para adquirir una vivienda y migraron de la Ciudad de México, el Valle de México y otras entidades del país. Pero la distancia a centros de trabajo y centros de abasto urbano, comenzaron con el detrimento y abandono de casas. Ahora privadas enteradas deshabitadas que han sido invadidas por paracaidistas.

«Esto era un paraíso»: exclamó la tendera de la avenida Bicentenario, así la mencionaremos por seguridad, quien refiere a que hace 10 años era inverosímil decir que Rancho San Juan tenía inseguridad. Porque los guardias daban rondines y había revisión minuciosa en el acceso, añade la abarrotera que llegó en 2009 al fraccionamiento.

CERCO

El operativo del lunes tenía unas tres horas asentado en el acceso al fraccionamiento, los policías de investigación de la Fiscalía llegaron en dos camionetas blancas sin placas tipo Ranger doble cabina y un auto tipo Charger. Arribaron escoltados por tres camionetas de la Secretaría de Seguridad del estado. Los guardias privados del Rancho solo contribuyeron en quitar y poner las cadenas a las patrullas.

En la entrada instalaron su filtro, donde detuvieron al conductor de un Minicooper.

«El canijo iba cargado hasta los dientes mi hermano»: dijo uno de los inquilinos varados en el operativo y de los pocos que alcanzaron a observar la ejecución de la detención.

Los llamados judiciales de la antigua Procuraduría estatal, ahora Fiscalía, fácil se confundían con los «dealers», por las cangureras cruzadas al pecho y las gorras con lentes.

«No sabemos si son policías o narcos, porque dicen que es operativo, pero se ven igual de malos que los malos»: comentó otra de las conductoras atorada en el operativo.

En varios grupos, a pie y en coches, los oficiales probaron las privadas, de norte a sur en los tanques naranja y rosa del exRancho San Juan. Corriendo por ratos y pidiendo a la gente que se metiera a sus casas.

«Deje de tomar fotos y métase, eso es fuga de información»: increpaban los agentes.

A bordo del Minicooper hallaron un arsenal que constaba de 350 cartuchos útiles, dos armas largas, un arma corta y una subametralladora.

También tres chalecos antibalas y envoltorios con mariguana y cocaína que estaban en una maleta con celulares.

ESPEJO

Desde la carretera libre Toluca-Ixtlahuaca se alcanzan a observar las dos estanques enormes de agua del fraccionamiento; uno pintado en rosa y otro color naranja. En el acceso hay varios locales con tejados rojizos y en la recepción reciben a los automovilistas dos arcos con tejados y jardineras que asemejan al antiguo rancho allí se extendía en varias hectáreas.

Matías, cómo le diremos a otro inquilino, comenta que ya puso su pequeño paraíso en venta y la próxima semana irá a ver una casa en otra región del país. Quiere acelerar los arreglos económicos con su ofertador por el operativo del lunes.

«Ya me quería ir desde antes, pero la lana no alcanzaba», expone Matías.

Dice que es por el bienestar de su familia.

El fraccionamiento gemelo a Rancho San Juan, es Colinas del Sol, ambos en territorio de Almoloya de Juárez y que se ubica a unos cinco kilómetros de distancia. Solo que Colinas ya es una podredumbre de la inseguridad.

Vía El Sol de Toluca.

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