NAUCALPAN.- No existe cosa más terrible para un ciudadano que cuando sus gobernantes se rinden ante la corrupción o la delincuencia. Se le deja en un total estado de indefensión, sujeto a vivir bajo los dictados de unos cuantos y no siguiendo las reglas acordadas por la sociedad organizada. Y eso es precisamente lo que está ocurriendo en Naucalpan.
Jamás, en ningún lugar del mundo, había visto algo semejante a lo que se vive en ese importante municipio. Circulando por Satélite se pueden ver enormes mantas colocadas por la autoridad local que advierten a la ciudadanía que la policía no puede multar a los conductores, a efecto de que no se dejen sorprender.
Ésta es, sin duda, una de las políticas más tristes y absurdas jamás implementadas en el país. Y es que quiero suponer que el nivel de corrupción de los policías de tránsito era a tal grado grave, que el alcalde optó por la anarquía, antes de buscar una solución. Así las cosas, hoy puede uno ir en sentido contrario por avenida Lomas Verdes que no habrá consecuencia legal alguna.
Cualquier gobernante sensato hubiera pensado en implementar medidas basadas en la inteligencia y el conocimiento para dar solución a las corruptelas y extorsiones de su cuerpo policíaco; pero no, para el panista Edgar Olvera, la salida fácil, que raya en una locura digna de concurso, es el camino para aliviar las quejas de la comunidad.
Este nivel de incompetencia desbordada merece la intervención inmediata del gobernador del Estado. Y es que nadie debe rendirse ante la anarquía ni la corrupción; y aunque parezcan problemas insalvables, desde luego se les puede enfrentar y vencer. La policía del Edomex ha sido, desde siempre, vista como una de las más corruptas, pero en la sociedad abierta del siglo XXI bien se puede revertir ese hecho.
Hoy en día, encontrarse en la madrugada con una patrulla del Edomex son malas noticias. Pero las mantas que prohíben a los policías multar a los conductores son de risa loca; simplemente porque los malos elementos (que son muchos) siguen extorsionando al ciudadano. Se requiere mano dura, orden y nuevas estrategias para erradicar sus malas prácticas, no ocurrencias ni políticas de avestruz.
Pareciera que a la alcaldía de Naucalpan habría que hacerle una limpia con gallinas, ramas, puros y huevos; porque pintos y colorados, sale uno peor que el otro como gobernantes. Pero no, la brujería no es la respuesta. La responsabilidad de ofrecer a la comunidad buenos perfiles como candidatos radica en los partidos políticos.
Son ellos quienes se deben fijar en quiénes postulan: que debieran ser personas preparadas, con experiencia e integridad; no grillos que ven en los puestos de gobierno un camino hacia la riqueza inmediata o el estrellato político sin mayor contenido.
Y los ciudadanos, los votantes, deben estar más y mejor informados; no dejarse llevar por el estómago ni por las noticias falsas o el canto de sirenas. Esperemos, pues, que desde Toluca se haga algo serio con esta policía y con la del resto de los municipios.
Por Rodolfo Higareda.