NAUCALPAN.- De la urgencia de subsanar el alto crimen en el municipio, al parecer no hay en el corto plazo una estrategia que así lo haga.
En serio que es real el aumento de la violencia y a quien pongan en este nivel de gobierno, difícil será acabar con la delincuencia.
Lo anterior, y pese a los buenos propósitos y aventar la bolita al estado y/o Federación, y cuando aquí hay insistentes desafíos contra la autoridad.
A los primeros días, Casarrubias Luis Alberto, comisario de seguridad pública, en menos de 72 horas de asumir el cargo, es recibido con un homicidio en “La Tijera”, colonia Río Hondo, y una estudiante herida en el paradero del Metro Cuatro Caminos.
Como siempre, nadie supo nada de esas muertes callejeras, a la vez de las inducciones sin previa investigación, del resultado de un presumible ajuste de cuentas.
Las cifras claro que va al alza en esta modalidad, en la que en este 2018 llegamos a los 21 registros trágicos a la mitad de febrero, y los 327 en este mandato-en dos años un mes y medio-
El promedio mensual de más de 14 fallecidos en manos de la delincuencia, 2 cada 48 horas, sumado a los últimamente, robos violentos a transeúntes, cuentahabientes y vehículos.
El escenario nada tranquilo, la movilización en los territorios es continua por ganar la plaza, pero también lo es el hecho de los crímenes a usuarios del transporte público de pasajeros.
En Naucalpan ya hemos sido superados, y no obstante de los impactantes operativos intermitentes en diversas colonias consideradas “focos rojos”, las cosas tampoco cambian.
El reto es mayúsculo para las diversas fuerzas del orden, en la que al parecer la falta de coordinación entre gobiernos, y esas distintas cosas raras, las consecuencias están a la vista.
Por otra parte, “el plomo” hizo estragos entre delincuentes y policías estatales en operativo contra robo a cuentahabientes, en “La Florida”, dejando un lesionado, cuando dos hombres a bordo de una motocicleta en la lateral del periférico arremetieron contra los efectivos.
Finalmente, evaluar el asentamiento de la Base de Operaciones Mixtas (BOM), “El Mando Único”, la certificación de uniformados, controles de confianza, “El Helicóptero Águila Uno”, la depuración de elementos y tener una policía a la medida de Naucalpan.
Por Mario Ruiz Hernández.