NAUCALPAN.- Pese a la ocupación del Ejército Mexicano, y otras fuerzas del orden en 14 bases de operaciones, el delito en el municipio persiste.
Los datos son tanto duros como delicados, y en ciertas modalidades del crimen sin duda que Naucalpan va a la alza.
Insistimos que en homicidios dolosos ya alcanzamos las 146 muertes violentas, sumamente superior al mismo periodo de tiempo pero del año pasado, en que nos ubicábamos en 120.
En un año 11 meses del gobierno de Olvera estamos en los 266 fallecimientos de personas en la calle, a consecuencia del delito y en ellos la mayor parte en ejecuciones y ajustes de cuentas entre grupos del crimen organizado en la disputa de los territorios.
Asimismo y un elevado número de usuarios en el transporte público de pasajeros y mañosos que han perdido la vida por la aparición de “vengadores anónimos”.
Es también de referir que, en esta administración contamos con precisamente, mayor muerte de policías estatales y municipales, así como de corporaciones privadas.
Aunado y a que no deja de preocupar, el robo con violencia a transeúntes y de vehículos que viene incrementándose de manera sorprendente.
Por otra parte, al parecer retornan las “desapariciones forzadas y levantones”; a la vez del robo de sucursales bancarios y cajeros automáticos.
Lo anterior, dentro de otros registros últimos, en el que nadie se da cuenta de impactante boquete para que los malhechores ingresar a un banco en las Calles de Alce Blanco en esta demarcación y llevarse el dinero.
Entre otros delitos comunicamos de la pandemia del robo de llantas en los Fraccionamientos residenciales de Ciudad Satélite, Lomas Verdes, “La Florida” y Echegaray, principalmente.
No es por demás, dar cuenta de una brutal crisis social, el aumento de infracciones y violaciones al bando municipal, en el que día con día se reciben en la oficialía calificadora, ciudadanos de todas las edades por ingerir bebidas alcohólicas en la calle, riñas, orinarse y hasta parejitas de novios, sobre todo de preparatorianos, en el que se aprecia una severa crisis social e indudablemente un municipio de alta violencia.
Por Mario Ruiz Hernández.