NAUCALPAN.- Es de esperarse que, la tendencia del crimen en el municipio lejos de ir a la baja, está cada vez más y más va a la alza.
Prácticamente tenemos una demarcación con alarmantes signos de violencia callejera consolidada, y difícil será devolver la tranquilidad en el corto plazo en Naucalpan.
Este año ya iniciamos con los primeros muertos, los primeros homicidios dolosos del 2018 en su modalidad de asalto en el transporte público, en las inmediaciones de la calzada de las armas, en la colonia 10 de abril.
Un justiciero anónimo da piso a un ladrón, luego de despojar de sus pertenencias a usuarios y evitar consumar el robo.
Lo anterior, en la zona limítrofe con la CDMX, en una de las tantas rutas que cubren el itinerario Valle Dorado-Metro Rosario, en donde en la semana una joven perdió la vida, pero en la parte de Tlalnepantla.
Sin embargo, en los perímetros urbanos cuya colindancia con la “Ciudad Madre”, de tiempo atrás los distintos traslados origen-destino se han convertido en un completo riesgo para usuarios
De hecho, no existe un blindaje o un cinturón de seguridad, coordinación entre autoridades delegacionales y el municipio de Naucalpan en la materia.
En ese orden, el fracaso total si es que alguna vez existió según la policía metropolitana.
Aunado, a la romántica declaración del alcalde Olvera hace unos ayeres, que las unidades del transporte público que transitarían por la jurisdicción, serían acompañadas por uniformados locales.
Por otra parte, y en los diferentes indicadores del delito que nos asisten, la crueldad continúa por la disputa de los territorios y se sabe de manera extraoficial de al menos un muerto.
Trascendió de un “encajuelado” en un taxi, en la colonia San José de los Leones 2ª sección, derivado de un ajuste de cuentas en la ocupada zona.
No obstante a los homicidios dolosos; este año abrió con el robo de un cajero automático en Ciudad Satélite, a transeúntes, y autos.
Por Mario Ruiz Hernández.
