NAUCALPAN.- De los dos años del mandato de Olvera, éste mes de enero del 2018 que ha concluido, es sin lugar a dudas el más violento de su gobierno.
Los registros de homicidios dolosos, es decir de muertes en la calle, ya sea en el transporte público de pasajeros o en algún ajuste de cuentas, nos indican que superamos el 2016 y el 17.
En poco más de ocho días, como nunca antes en los últimos diez años, fuimos testigos de al menos tres dobles homicidios, en este “Naucalpan Ciudad con Vida”.
Cerramos incluso este primer mes del 2018, promediando dos asesinatos cada 48 horas, alcanzando los más de 16 registros, justamente de muertes violentas.
Durante este tiempo, a dos años y un mes, contamos con 322 sucumbidos, además de la cifra negra que es todavía mayor, es decir aquella que no sale a la luz pública.
En una primer aproximación, podemos inferir que el delito aquí está a la orden del día y pese a los impresionantes operativos de las diversas fuerzas policíacas, el crimen sigue y peor.
Comunicar por lo que se vive cotidianamente que todo esto, es como una especie de desafío contra las autoridades, y los efectos después de las incursión, son aún y crecidamente agresivos.
La gente está alarmada, sobrevive en el pánico y la verdad, que hay sitios-de esos que sólo con mirarlos y/o sentirlos- dan mucho miedo.
Hoy por hoy esa radiografía del crimen da cuenta, que al margen de los homicidios dolosos que tienen impactada a la sociedad por la crueldad en que los seres humanos matan a su semejante, otras modalidades del delito han venido retornando sobre todo en fraccionamientos urbanos.
La zona de Boulevares, Jardines de San Mateo, “La Florida”, Misiones, “Los Fresnos”, y “Los Álamos”, entre el cinturón de Ciudad Brisas, Vista del Valle y Paseos del Bosque, el robo a mano armada a casa-habitación y vehículos, de nueva cuenta regresa de manera sorprendente.
Aunado y en demás perímetros o colonias de alto riesgo, la desaparición de personas y en algunos casos “levantones” en estos días, preocupa a familias Naucalpenses.
Asimismo, la completa operación con toda libertad de “la maña” en las periferias de centros escolares como secundarias y preparatorias, en la que los estudiantes son despojados de sus pertenencias y hasta “madreados” lo mismo en San Bartolo como en San Rafael Chamapa, y en cualquier otros lugar.
Por Mario Ruiz Hernández.