Cierra Naucalpan primer bimestre del 2018 con saldos rojos

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NAUCALPAN.- Al cierre del primer bimestre de este año, mantenemos un impecable registro de homicidios dolosos, sumamente delicados. En Naucalpan enfrentamos demasiadas muertes callejeras, y de ellas un número importante derivadas de los ajustes de cuentas entre grupos del crimen organizado.

Hasta el momento, tenemos 30 personas asesinadas durante estos dos meses, cuya tasa es de dos fallecidos en 48 horas, esta última semana que concluyó, tuvimos un promedio de ejecución de uno diario, en dos multihomicidios verdaderamente violentos, que conmocionó a la gente, y ayer en Satélite uno.

Las cifras del delito en esta modalidad han venido aumentado, sobre todo desde el cambio de comisario, de Martín Riestra al maestro, Luis Alberto Casarrubias Amaral, asimismo, constatamos de sistemáticas balaceras que incluso, en diferentes territorios del municipio, ya no sorprende, y eso es lo delicado.

La violencia, el robo a transeúntes, a casa-habitación, en el transporte público de pasajeros y a vehículos, son quizá la imagen cruel del grado de descomposición social, que nos asiste, en estos dos años y dos meses de mandato del alcalde Olvera, son 336 los muertos en la paradójica “Ciudad con Vida”.

Por otra parte, decíamos de los pasados ocho días, “La semana más sangrienta de la historia de Naucalpan, en más de una década.

El asunto, sólo imaginar el grado de violencia y crimen en el que sobrevivimos aquí, en el terruño, aquel que construyeron miles y miles de gente buena, para que lo operen los malos, aunado, a esos perímetros de tránsito en el que caminan y/o se trasladan las personas para ir a sus distintos destinos de trabajo, estudio y a sus casas, en donde todo es un completo riesgo.

El escenario Naucalpan de la máxima prioridad y alerta- Es un completo foco rojo del crimen y tenemos que reconocerlo así, para la colaboración a la ayuda de las fuerzas del orden, la sucesión de estallidos de violencia, en las comunidades emergentes y en la periferia de la Ciudad-San Bartolo- no lleva a considerar que detone en una crisis devastadora de la sociedad.

Es decir, salir al encuentro y a la defensa absoluta en el restablecimiento de la seguridad, el orden púbico, evitar el drama, y más violencia, como respuesta a la incapacidad oficial.

Por Mario Ruiz Hernández.

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