NAUCALPAN.- Con el registro del doble homicidio en Lomas del Cadete, en el que rafaguearon a dos jóvenes y sumados a los 166 que llevamos en este año, alcanzamos la histórica cifra de los 168 homicidios dolosos en 2017.
En ese sentido y si conjuntamos los 138 de 2016, superamos los 306 asesinatos violentos en las calles de esta “Ciudad con Vida”, amén de la justamente cifra negra, esa que no se reporta.
El hecho es, que Naucalpan nunca como antes habría estado en condiciones sumamente complicadas, lo que nos ubica entre las cinco demarcaciones más violentas del país, sólo después de Ecatepec y Tlalnepantla.
El crimen en la selva urbana continúa y es la crueldad incluso, la que acompaña la muerte, donde ésta se presenta.
Los trágicos indicadores del delito, nos muestran una realidad inocultable, y en ella podemos dar cuenta que gran parte de los homicidios se debe a los ajustes de cuenta y la disputa por los territorios, pero también de decesos en el transporte público de pasajeros, y en persecuciones o en las salidas de sucursales bancarias.
Dichos asesinatos se han contabilizado en las modalidades de arma de fuego, arma blanca y otras causales, incluidos las ejecuciones.
Las cifras señalan que el último cuatrimestre del año, fue el periodo con la tasa más elevada de homicidios, con un promedio mensual de 12.3 casos y cerró el año con 14 defunciones.
Por otra parte, el robo a transeúntes y vehículos de manera violenta, neumáticos, comensales en restaurantes, casa-habitación, femenicidios y personas desaparecidas son una parte además, del elevado nivel de inseguridad en el que nos encontramos.
La radiografía del precisamente crimen, nos sugiere que si no se toman acciones de manera inmediata del gobierno o instancia que sea, la situación estará todavía peor.
Al mismo tiempo, veremos cada día más zonas ocupadas en los distintos Naucalpan tanto en “Los San Rafaeles Chamapa, Los San José de los Leones, Loma del Cadete y Las Manchas; Benito Juárez, Minas Palacio, Coyote y Tecolote, México 86, El Corralito, La Luisa y Cuenca de San Mateo”, entre otros perímetros de importante riesgo.
Hasta el momento, tal pareciese que los esfuerzos de los tres órdenes y niveles de gobierno para enfrentar el crimen, no han sido los suficientes y percibimos que la batalla las instituciones encargadas de la seguridad la vienen perdiendo.
Por Mario Ruiz Hernández.
