NAUCALPAN.- Indignante y para muchos padres de familia de Naucalpan, de propietarios de construcciones y trabajadores del ramo, entre otros, la detención masiva de parte de la policía municipal para poner a disposición del juez cívica u oficiales conciliadores a tanta gente en los últimos días.
Los operativos y ordenados quién sabe por quién, han venido arrasando y con todos, comprobando la presumible “cuota de detenidos” por zona quizá, o por patrulla o si fuésemos sureños por cuadrante.
El hecho es, que nadie se salva en tales “redadas” en diferentes partes del municipio, subiendo a las bateas de las camionetas-patrullas a quienes les plazca o tienen “la cara de sospechosos”.
Unos más, presuntamente por infringir las disposiciones del Bando Municipal de Policía y Buen Gobierno, cometiendo una falta administrativa, “mearse, tomar o emborracharse en la calle”.
De igual manera, obstruir según la vialidad, no permitir el paso a peatones, estacionar vehículos en doble fila, y pese a que no es su facultad, a como la hacen “de pedo”, inventando cada cosa.
Desde el inicio del reciente pasado fin de semana, prácticamente la zona de galeras, o la cárcel preventiva fue saturada, desde los mostradores hasta el área de estacionamientos de la oficina conciliadora.
Cada 30 o 45 minutos, arribaban las “camionetas llenas de gente”, en su mayoría jóvenes y trabajadores de la construcción, y uno que otro despistado y que no supo cómo bastantes que llegaron el motivo de su detención.
“Son chingaderas, se están pasando de listos, como no tienen para pagar a los trabajadores del municipio a todo mundo detienen para sacar dinero”, dijo un padre de familia sumamente molesto.
Manifestó desconocer el tipo de delito que su hijo cometió como para traerlo esposado, entre otro grupo de personas como si hubiesen “aprehendido a peligroso capo”.
En tanto, y otras personas no sabían qué hacer, preguntaban y caminaban de un lado a otro, querían conocer el delito que motivó la detención y el monto de la multa para conseguir el dinero.
La “locura” en las oficinas administrativas de los oficiales o jueces cívicos, de esas y de las atípicas veces que tienen hasta “fila” para ingresar a la barandilla y a galeras a los infractores.
Durante todo el día del pasado viernes, la situación era la misma y todavía en la tarde-noche, seguían llegando detenidos y hasta el sábado, en menor medida.
De cualquier forma, la situación no dejó de arrojar numerosas lecturas, cuando en verdad el nivel de delincuencia en Naucalpan está cuesta arriba, y no se diga en homicidios dolosos y robo con violencia a vehículos y cuentahabientes al salir del cajero o del banco y son asaltados por hampones en motonetas.
Por Mario Ruiz Hernández