NAUCALPAN.- Desde hace más de 8 meses, habitantes de cuatro predios ubicados en la calle San Antonio, en la Colonia San José de los Leones Primera Sección, en Naucalpan, viven al borde del riesgo, pero las autoridades aún no han autorizado las obras para mitigar el peligro.
El 19 de agosto de 2016, la parte trasera de las viviendas quedó literalmente en el aire, cuando una porción del cerro que las sostenía se desgajó hacía la Avenida de las Granjas, en la Colonia Mártires de Río Blanco, donde estaba una tienda de autoservicio.
Tras una inspección, Protección Civil Municipal dictaminó que las casas no eran habitables y 13 familias que radicaban ahí fueron desalojadas e improvisaron un refugio temporal en la vía pública frente a las casas dañadas.
El campamento está sostenido con vigas y tablas de madera, cubierto con plásticos y lonas donde aún se alcanzan a apreciar las leyendas ya deslavadas de distintos partidos políticos y tiene algunos muebles y aparatos ya en estado deteriorado.
«Es un refugio porque nosotros vivíamos en la parte de abajo y cuando se vino el deslave pues nos tuvieron que sacar y nos tuvimos que salir y sacar parte de nuestras cosas, porque parte está adentro… estamos acá afuera, ¿porque, a dónde nos vamos?», contó Martín Hernández.
«Estamos viviendo aquí por la necesidad, aquí pasamos fríos, hambres, si te das cuenta comemos lo que haya, lo que asociaciones nos han venido a traer», agregó.
Además, en la azotea de una de las viviendas improvisaron una cocina, pero los vecinos comentan que entran bajo su propio riesgo.
Consuelo Romero, una de las afectadas, señaló que hace algunos años se realizó una excavación de aproximadamente 20 metros en el predio contiguo de las casas y se construyó una plaza comercial, la cual también está desocupada, lo que debilitó el talud que se derrumbó.
Sin embargo, aunque el dueño del predio contiguo está dispuesto a realizar las obras para reducir los riesgos, las autoridades estatales y municipales no autorizan los permisos.
«Nosotros a las autoridades les pedimos nada más que autoricen los trámites, ya está la constructora, ya están los trabajos que se van a realizar, lo único que no hay es que no dan los permisos pertinentes», dijo Consuelo.
«La situación es que estamos con el miedo porque se vienen las aguas, se viene las aguas y no queremos saber cómo vaya a estar la situación y es lo único que pedimos al Municipio y al Gobierno Federal, agilicen los trámites, ya está todo», dijo.
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