NAUCALPAN.- Trabajadores del sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Naucalpan afirman vivir momentos de pavor, más de los que experimentaron durante el gobierno pasado tras la falta de pagos salariales, pues dicen que ahora enfrentan la amenaza de despidos, bajo el argumento de las nuevas autoridades de que no hay condiciones para seguir con la relación laboral.
“Llevó 25 años trabajando aquí, haciendo lo que me gusta; imagínate cómo no me va a gustar si hasta he aguantado sin recibir sueldo, debo hasta la camisa por pedir prestado y no se vale que ahora pretendan corrernos”, dijo la señora Ramírez, quien así solicitó ser identificada porque asegura tener miedo de posibles represalias.
En entrevista con LA PRENSA, manifestó que ahora que entró la nueva administración no sólo se desvaneció la esperanza de recibir los salarios adeudados, sino que “muchos de mis compañeros comenzaron a preocuparse porque fueron avisados de que serían despedidos”.
Reveló que tiene conocimiento de que al menos 30 personas del DIF han sido notificadas de su terminación laboral. “Tenemos mucho estrés, esto nos tiene muy mal”.
Comentó que la ahora exalcaldesa, Patricia Durán Reveles, dejó de pagar salarios al personal del DIF desde hace siete quincenas. “Los casos son diferentes, hay a quienes les deben desde septiembre y a otros desde noviembre”, dijo la empleada adscrita al área de comedores y cocinas.
Con voz entre cortada, por momentos a punto de prorrumpir en llanto, con evidente expresión de coraje, dijo que la actual presidenta municipal panista, Angélica Moya Marín, se comprometió a poner orden ante el caos que dejó su sucesora.
“Ella dijo que iba a revisar lo de los salarios que no se pagaron y hoy ni salario ni trabajo”, agregó la mujer que aseguró necesitar el empleo porque ya no esta en edad de poder conseguir otro fácilmente.
Con una remuneración de 2 mil pesos a la quincena, la señora Ramírez relató que su actividad como cocinera está relacionada directamente a las estancias infantiles del DIF. “Para mí es muy bonito ver que sirves a niños y niñas que te brindan una sonrisa, que la maldad en ellos no existe”.
Narró que su día laboral empieza desde las siete de la mañana, hora en la que comienza a mover frutas y verduras y demás alimentos que, en coordinación con el área de nutrición, selecciona y los pone sobre la mesa para iniciar la preparación de los platillos que degustarán los menores en las estancias infantiles.
“Este ha sido mi mundo en los últimos 25 años; llegué como ayudante de cocina y con el tiempo fui aprendiendo”, dijo, tras mencionar que incluso hace algún tiempo tomó cursos en la materia pagados de su bolsa para mejorar su trabajo.
La hora de salida es a la tres de la tarde, aunque afirmó que “no siempre salimos a la hora porque quedan pendientes, pero esto es lo que nos gusta”.
Dijo temer que las amenazas de despidos puedan concretarse, por lo que llamó a la alcaldesa Angélica Moya Marín a revisar las necesidades de los trabajadores y que sea sensible y cumpla lo que prometió.
Indicó que los salarios siguen sin pagarse y que ella, como muchos empleados, ha sobrevivido pidiendo prestado, “y si terminan corriéndonos vamos a caer en desgracia”.
Vía La Prensa.