NAUCALPAN.- De los innumerables problemas que le asisten al Naucalpan de la alternancia política, habrá que ponderar y evaluar además, el asunto de los fraccionamientos residenciales, y que hay que decirlo, es el principal bastión del voto panista.
Pero también, el electorado de mayor apatía en la participación democrática y que sorprende entre otros, el alto nivel de desconfianza que tienen respecto al gobierno, los políticos y representantes populares, a quienes poco estiman, aceptan y quieren en buena fe.
Sin embargo, y más allá de lo que duele a la crítica y que sin duda está ocurriendo, es esa falta de legitimidad del gobierno en esos sitios y en colonias populares, en el que también existen ciudadanos que simpatizan con el PRI, PRD o Morena, entre otros, quizá en menor medida y son realidades inocultables.
Los diagnósticos del instante, nos indican de una serie de conflictos que no paran, sobre todo en materia de seguridad pública, en donde sistemáticamente aparecen vehículos sin llantas; asaltos a casa-habitación, cuentahabientes, negocios y homicidios lo mismo en Boulevares, como en “Los Echegaray, “La Florida” Lomas Verdes o ciudad Satélite, Jardines de San Mateo, Ciudad Brisas, Vista del Valle y Tecamachalco.
La situación ha llegado a grado tal, que incluso algunos residentes de esos perímetros urbanos han pretendido o cerrado calles, sino es con maceteros, plumas o de plano rejas y mallas ciclónicas, como medida de autoprotección.
Aunado a lo anterior, la falta de mantenimientos del tendido asfáltico, los constantes cambios de uso del suelo, la aparición de negocios, micro-empresas, escuelas y oficinas en justamente en casas-habitación, convirtiendo las zonas, en un área sumamente estresante y de saturación urbana, con las consecuencias de ello.
Denuncian vecinales la hay-se tienen- en esos sitios que continuamente conciben una y numerosas tragedias, a la vez de grandes modificaciones no sólo en su fisonomía, sino también en la manera de plantearse la vida en esos espacios que actualmente son también, micro ciudades dormitorios, a las que les falta servicios culturales, deportivos y hasta de esparcimiento.
Tales lugares quizá lo sean, que entre la locura excluyen de la verdadera vida urbana, del intercambio de saludos, pareceres y productos que por milenios ha caracterizado a la ciudad.
Se excluyen de movilizarse en otra cosa que no sea el coche particular, el que a su vez se convierte en una cápsula excluyente que trata de no tener el menor roce con la realidad que atraviesa, a la vez del registro de una crisis asentada de liderazgos y de representación vecinal que continuamente los tiene en permanente conflicto, con su iguales en el que hay indistintos tipos de intereses y lo vemos en colonos de Satélite y otros colectivos ciudadanos.
FUENTE: Vallemex Noticias