ZUMPANGO.- Durante décadas, diversas civilizaciones en todo el mundo –en especial los marineros–, han asegurado haber tenido contacto o presenciado la aparición de las sirenas, aunque nunca se han obtenido pruebas contundentes de su existencia.
Según las historias contadas, las sirenas son seres mitad mujer y mitad pez que poseen una extraordinaria belleza y encantadora voz con la que emiten un canto hipnotizante para atraer a sus víctimas –hombres en específico– y asesinarlas. Así nace la leyenda de la sirena del Lago de Zumpango.
El Lago de Zumpango se localiza en el Estado de México, entre los municipios de Zumpango y Teoloyucan, muy cerca de la base militar de Santa Lucía –donde ahora se planea la construcción del Nuevo Aeropuerto–, y actualmente se ha convertido en un sitio turístico en el que puedes pasear en lancha o hasta dar un recorrido en globo. Sin embargo, existe una misteriosa leyenda de una sirena que habita en sus aguas dulces, quienes según los vecinos, aparece por las tardes.
La leyenda de la sirena del Lago de Zumpango, cuenta que por los años 60, era común que jóvenes varones desaparecieran en la zona, hasta que un día un joven que caminaba por la orilla del lago al anochecer escuchó un canto que lo atraía con fuerza hacia la laguna.
Se cuenta que el hombre perdió el conocimiento, pero al despertar se encontró en el interior de una cueva, en donde lo observaba una hermosa sirena, aunque él sólo había escuchado de ellas en relatos antiguos.
La sirena de inmediato quedó cautivada porque el joven era muy bien parecido, así que decidió no matarlo, por lo que él le suplicó que lo dejara regresar al pueblo ya que su madre se encontraba muy enferma y le pidió que le permitiera ir a avisar que se encontraba bien. La sirena aceptó dejarlo ir, pero con una condición: el joven debía regresar.
Él aceptó el trato y a su regreso al pueblo narró todo lo ocurrido a los pobladores, quienes aterrados por el encuentro lo ocultaron para que no pudiera regresar y fueron en busca de la sirena del lago.
Los vecinos comenzaron a secar el lago para así dejar a la sirena al descubierto y poder asesinarla. La sirena furiosa por lo que estaba ocurriendo, y al notar que el joven jamás regresaría a cumplir su promesa, entonó un canto tan fuerte que llegó hasta los oídos del joven que se encontraba escondido, y quien acudió a su encuentro sin que nadie pudiera detenerlo.
Al llegar a su encuentro con la sirena, el joven ya no se encontró con una hermosa mujer, sino con un ser de aspecto espantoso, quien al ver al hombre no dudó ni un instante y lo asesinó ahogándolo en el fondo del lago.
Cuando los pobladores notaron que el joven seguía desaparecido, continuaron secando el lago, hasta que localizaron la cueva de la que emanaba un olor espantoso y en donde encontraron al joven muerto.
Junto a su cadáver, había una nota con una advertencia en la que se leía que si volvían a secar la laguna, una gran maldición caería sobre todos los pobladores y sus descendientes. Hasta la fecha, hay quienes aseguran que han visto a la sirena deambular por el lago, e incluso escucharla cantar.
Vía culturacolectiva.com.