NAUCALPAN.- Esta mañana un cliente de esta Institución financiera, fue víctima de intimidación, malos tratos y violación de su privacidad, por parte de la supervisora y el personal del área de cajas de la sucursal BBVA Bancomer ubicada en Plaza Shopping, sobre la avenida Lomas Verdes.
Según afirmó el cliente agraviado, quien pidió el anonimato por razones de seguridad, el es asiduo de esa Institución Financiera desde hace mas de 20 años, y jamás le había sucedido algo así en ninguna sucursal.
De acuerdo con las declaraciones del denunciante, este miércoles fue a realizar un depósito en efectivo a esa sucursal, y le indicó al ejecutivo de la caja 2 el monto exacto del depósito, sin embargo, el cajero en más de dos ocasiones le solicitó a través del micrófono y la bocina que da al exterior, le confirmara el importe del dinero que depositaría a su cuenta, y después de indicarle varias veces la cantidad a depositar, el cajero de nombre Luis, quien ya había contado varias veces el dinero, solicitó después en repetidas ocasiones que ahora le tenia que informar el nombre del beneficiario de dicho depósito, aún, cuando el denunciante le aclaró desde el principio que él mismo, era el titular de la cuenta de depósito.
Lo más extraño fue que habían muchas personas formadas que escucharon perfectamente lo que el cajero preguntaba constantemente, dando la impresión de que el cajero pretendía dar a saber a alguna de las personas que se encontraban dentro del banco, la posición financiera del usuario, situación que fue muy sospechosa para el denunciante.
Después de realizar el depósito, solicite a una ejecutiva que llamara al director de la 
sucursal, para reportar lo sucedido, informándome que no se encontraba el director y no había nadie que pudiera atenderme, por lo que le solicité en ese momento que me diera el nombre completo del cajero, para denunciarlo ante el M.P., negándose la ejecutiva darme su nombre, e inmediatamente regrese a la zona de cajas para tomarle una foto al cajero, como prueba para presentar mi denuncia, y «el colmo de los colmos» fue la supervisora de cajas que, aparte de que jamás salió de ahí para atender mi inconformidad, todavía tuvo el descaro de tratar de intimidarme, amenazándome que me llevarían detenido por tomar una fotografía con mi celular, incluso le solicitó al cajero que se retirara de ahí y lo cubrió con su cuerpo para que no saliera en la imagen, así lo dio a conocer el denunciante.
Por último, agrego el denunciante: “me preocupa mi información confidencial”, porque presumiblemente se encontraba en el interior de la sucursal algún delincuente que, en complicidad con el cajero pretendía seguirme y alcanzarme, para asaltarme o secuestrarme, lo que pudo haber constituido un hecho delictivo.
