NAUCALPAN.- Un recorrido recto de unos 10 kilómetros, que comienza en el acceso al Parque Industrial Toluca 2000, hasta el corazón de Xonacatlán, es llamado por camioneros de carga, la ruta del crimen o del terror. La razón se debe a que el paso es el más asaltado por el crimen organizado, que van por los botines millonarios de los contenedores.
— ¡Las cargas desaparecen en este tramo! —alude uno de los operadores que optaron por testificar. Su dicho resultaría poco verosímil, si las cifras de incidencia de las agrupaciones de camioneros y las oficiales no lo sostuvieran.
El temor los obliga a callar y dejar que el crimen los haga su víctima.
“Nos paramos porque aquí están las oficinas y pasamos a checar, pero si no, te vas de largo”, dice el operador.
El camino del hampa
Los parajes que sirven de paraderos para cientos de camioneros que cruzan la carretera Toluca-Naucalpan, se definen en gasolineras, donde hay pequeñas tiendas de abasto de café, cigarrillos y comida rápida, también moteles de paso con servicio precario, que pagan por ser la única opción. Los talleres mecánicos e incluso antros de noche para relajar el cuerpo antes de seguir.
Así se describe el panorama de la vieja carretera que padece de baches, poca señalización y vigilancia, lo más denunciado por los camioneros.
De día, entre un extremo a otro, la vía asemeja un gran mercado, que ofrece de todo, desde fruteros que se disponen a mitad de los carriles, hasta talleres de refacciones donde llegan las autopartes robadas del mercado negro.
—Aquí nomás llegan de noche, los avientan y se van a dormir jovenazo, —explica uno de los mecánicos de la vía, para referirse a los operadores de los camiones que repara.
En el tramo de los 10 kilómetros se pueden contar no menos 100 camiones estacionados con la carga puesta, y en contraste sólo se divisó una patrulla que vigilaba.
Entre los que esperan, uno revela a medias que en el último asalto lo amarraron con cinta canela para llevarse la carga.
“Me amarraron de pies y manos, me tuvieron encerrado buen rato y luego me dejaron ir, me dijeron: ahora sí hasta aquí llegas compa”, recuerda el camionero sin decir más.
Carlos García Álvarez, vicepresidente nacional de la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas (Amotac), sostiene que la ruta Toluca-Naucalpan, cuantifica por semana de 10 a 15 asaltos contra operadores de ese gremio.
“Las famosas cachimbas que están a pie de carretera, son las más peligrosas, donde se paran a tomar café, en otros donde se hace la compra-venta de combustible”, reveló el líder transportista.
Según datos de la Amotac, esa vía es la más peligrosa de las que conectan a Toluca, por encima de la México-Toluca y la Toluca-Zitácuaro.
El modus más común identificado es que operan con dos a tres vehículos sin placas, con unos ocho hombres armados, que amagan a los operadores.
Los cargamentos más robados son el jabón, abarrotes, alcohol, llantas, refresco y café, que cuantifican pérdidas por asalto de entre 1 a 6 millones de pesos.
Cifras en carreteras
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante el 2016 los caminos libres y autopistas que cruzan el Estado de México, sumaron 2 mil 152 ilícitos en contra de transportistas.
La cifra detalla que de enero a diciembre de ese año se denunciaron ante el Ministerio Público mil 946 robos y asaltos con violencia en contra del transporte de carga.
En 2017 en los primeros seis meses, el Secretariado documentó 824 robos con violencia.
Fuente: El Sol de Toluca.